U8.- Sostenibilidad en arquitectura
Los tres pilares de la sostenibilidad energética son: lo social, lo económico y el medioambiental.
La economía circular trata de que un producto puede tener una segunda vida, un producto puede usarse de nuevo, siendo útil para otro usuario. Se centra en el ciclo de los recursos y es un modelo basado en la reutilización, la reparación, la remanufacturación y el reciclaje de los materiales y productos. Por otro lado, la economía verde es la que mejora el bienestar humano y la equidad social, reduciendo los riesgos materiales es eficientes en el uso de los recursos. Se trata de un modelo que integra la dimensión social y la conservación de los ecosistemas.
Imagen 1.- Economía circular
Fuente: the food tech
La manera de actuar para lograr una sostenibilidad se basa en los cuatro principios:
- La naturaleza por su cuenta es capaz de aguantar la mierda que los humanos le echamos, e incluso transformarla y metabolizarla. Sin embargo, esa fuerza natural tiene un límite.
- El aprovechamiento de los recursos renovables no debe superar su velocidad de regeneración.
- El aprovechamiento de los recursos no renovables debe ser compensado por la producción de recursos renovables que a lo largo deberán sustituirlo.
- Las emisiones del medioambiente no deben superar la capacidad de absorción de los receptores.
El ACV (análisis de ciclo de vida) estudia el impacto ambiental de manufacturado desde su producción hasta su desmantelamiento, para ello es preciso conocer cuál es el consumo energético y la contaminación al medio de los diversos procesos que hacen posible su utilización:
- Extracción de materias primas.
- Transporte a la fábrica.
- Procesos de fabricación.
- Transporte a almacenes.
- Uso.
- Puesta final.
Imagen 2.- ACV
Fuente: UBU
La huella ecológica, sin embargo, es el estudio donde se evalúa la cantidad de territorio necesario para generar los recursos biológicos consumidos y absorber los residuos que una determinada actividad necesita y produce. Para favorecer este aspecto, tratamos con tres opciones, las cuales van de mayor eficacia a menor:
- Reducir el consumo de materiales escasos y energías no renovables. La mejor manera de reducir es NO utilizando las energías.
- Reutilizar en el sentido de remodelar, rehabilitar o volver a usar lo existente.
- Reciclar transformando materiales que permitan otro empleo en el ciclo productivo.
Cabe destacar que el concepto de “reciclado” se ha convertido en algo que convierte a la arquitectura en sostenible. Sin embargo, el reciclaje sería la última opción de sostenibilidad dentro de las R. Esto es debido a que, el hecho de reciclar, conlleva consigo unos procesos industriales.
Existen los edificios saludables, los cuales relacionan la biología humana y el entorno. La mayoría de los edificios son insanos, pues no complementan a la vida humana como, por ejemplo, en la absorción de luz natural o en la evapotranspiración. La relación con la naturaleza influye positivamente sobre las funciones nerviosas superiores, determinando sensaciones de bienestar. Otros aspectos también influyen en nuestra psicología, como, por ejemplo, las proporciones del local o el clima cromático.
El SSE (Síndrome de Edificio Enfermo) es un conjunto de enfermedades, de síntomas, que la OMS ha declarado nivel mundial como un síndrome. Este ocurre cuando el edificio no es saludable puede generar síntomas al usuario, e incluso generar una enfermedad crónica. Se cree que el SSE lo padece entre un 20-30% de las personas que ocupan un edificio.
Imagen 3.- Edificio no saludable
Fuente: 20minutos
La energía y la salud del hombre dependen en gran medida de los efectos directos del ambiente en el cual vive. Estas condiciones atmosféricas estimulan o deprimen el trabajo físico o mental del hombre que se encuentra en un punto óptimo dentro de un intervalo de condiciones climáticas determinadas. El ser humano es una máquina térmica que transforma energía química en energía mecánica con gran dispersión de calor debido a su metabolismo. Cuanto menor sea el esfuerzo del organismo en mantener su temperatura interna a la debida, estaremos más cerca a lo que conocemos como zona de confort.
Hay condiciones del entorno que resultan claves en la interacción del edificio como puede ser la temperatura, el soleamiento o las precipitaciones. Es por ello que antes de proyectar, hay que hacer un análisis de emplazamiento. No va a ser la misma condición climática al lado de la Malvarrosa que en Requena.
Imagen 4.- Recorrido del Sol
Fuente: astrodidáctica
Asimismo, a la hora de proyectar también hay que tener en cuenta ciertos aspectos para mantener un diseño sostenible:
- La bioarquitectura es, básicamente, la biología de la construcción. Tiene como finalidad minimizar los impactos negativos de las construcciones, sea en la salud de los ocupantes, se del medio ambiente. Son edificios centrados en las personas, de bajo consumo energético, con espacios funcionales y flexibles, usando materiales no nocivos y reciclables.
- Arquitectura bioclimática se preocupa por saber cuál es el entorno, cuales son las condiciones climáticas, para saber cómo hacer el edificio. El control del microclima en las diferentes estaciones se puede obtener con sistemas activos o más bien con medidas pasivas, y por lo tanto sostenibles. Tener en cuenta la orientación de las estancias es algo fundamental, ya que, dependiendo de la posición del Sol y su recorriedo (este-oeste), la temperatura de una habitación variará según esté en un punto cardinal o en otro.
Adaptar un edificio al concepto de sostenible se puede lograr gracias a los materiales empleados y soluciones constructivas. Hay innovaciones actuales, como el muro trombe, que facilitan a la edificación tener una mayor sostenibilidad económica, así como la simple correcta colocación de la carpintería y lograr ventilar y refrescar la vivienda. Los materiales tradicionales experimentados a lo largo de los siglos en la arquitectura tradicional garantizan condiciones de mayor salubridad y bienestar comparados con los materiales sintéticos. No obstante, muchos de los materiales naturales se someten, por razones productivas o aplicativas, a tratamientos con sustancias químicas, potencialmente dañinas. Asimismo, el uso de materiales naturales como recursos decorativos, por un motivo exclusivamente estético o de instalaciones eficientes no dimensionadas ni funcionales, revelan una aproximación superficial a la sostenibilidad.