Sueños

El curso pasado, una amiga me comentó acerca de una obra arquitectónica realizada por un hombre sin estudios y, hace unos días, fue a Madrid para visitar dicha obra. Me dijo que era una construcción realmente impresionante para haber estado hecha por alguien sin formación en arquitectura ni ingeniería. Lastimosamente, el autor falleció hace considerablemente pocos días. Al saber esto, me entró curiosidad e investigué sobre la obra en cuestión.

Justo Gallego, el hombre que construye una catedral con sus propias manos

Imagen 1.- Justo Gallego

Fuente: tu otro diario

Justo Gallego era un hombre que se propuso un objetivo. Un día, hace 60 años, se dispuso a cumplir su sueño de construir una catedral con sus propias manos, él solo y, en su mayoría, con materiales reciclados. Este sueño surgió a raíz de una tuberculosis que contrajo. Sin embargo, seis décadas después, la obra queda inacabada tras el fallecimiento de su autor a los 96 años. Antes de fallecer, el Padre Ángel, le aseguro que, en caso de que muriera, se comprometería a que quedara completada. Empresas de ingeniería especializada en rehabilitaciones de grandes espacios también aseguraron al soñador que su obra seria finalizada con éxito.

La catedral a la Virgen del Pilar, situada en Mejorada del Campos, Madrid, tiene más de 35 metros de altura, 12 torreones de 60 metros, 28 bóvedas y más de 2.000 vidrieras, un edificio principal cuya planta tiene más dimensiones de 20×50 metros y una superficie construida total de 8.000 metros cuadrados.

No hay planos, no hay proyecto, no hay nada. Yo tengo unas cualidades que Dios me ha dado con las que resuelvo todo. Eso no se estudia, es lo tengo porque está innato en mí. Yo no he hecho nada del otro mundo.

Gracias a Justo Gallego, como otros soñadores, se vuelve a dejar claro que no se requiere una carrera arquitectónica para realizar este tipo de obras o ser ejemplo de tales. Como modelos de gente sin estudios, pero genios en la materia, tenemos gran cantidad de reconocidos nombres, como Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, Carlo Scarpa o Buckminster Fuller. Todo se basa en la constancia de unos ideales, en la búsqueda de lograr un sueño. No obstante, no todos podemos hacer lo que ellos, no todos tenemos ese talento innato, necesitamos de una formación, coger experiencia. Es por ello que, bajo mi punto de vista, no se ha de menospreciar a la gente que no tenga un título universitario, pues es solo un papel y una firma, el conocimiento real está en una cabeza y unas manos.


Fuentes:

Fotografías tomadas por amiga del autor.

La Razón.