Cambios

Tras dar las clases teóricas respecto a las tendencias arquitecticas y un paseo en bici por la ciudad, vi un edificio, la Casa Calabuig, y me quedé un rato observándolo, a pesar de verlo prácticamente todas las semanas. No solo lo observaba, sino que lo relacionaba con las clases y comencé a pensar.

Imagen 1.- Casa Calabuig

Fuente: elaboración propia

Fue breve el tiempo que estuve ahí, delante de la edificación. Sin embargo, estuve durante un tiempo (lo que tardaba en llegar a casa) reflexionando en por qué ese cambio estético inevitable a lo largo de toda la historia. Yo veía ese edificio, construido a principios del siglo XX, propio del modernismo, con curvas típicas del barroco y elementos grecorromanos, y al que tenia enfrente, de los años 60-70 y sin elementos artísticos, y, comparándolos, consideraba que el primero, el cual era de un tiempo anterior, era más atractivo, quedaba mejor en la ciudad y, aparentemente, cumplía su uso edificatorio. Pensaba «si hay algo que funciona, ¿por qué hay que sustituirlo?».

Imagen 2.- Edificio de viviendas

Fuente: elaboración propia

Lo primero que se me pasó por la cabeza fue que ese cambio vendría por «moda», un cambio estético proveniente de un tiempo anterior el cual ha quedado anticuado. No obstante, recordando las clases -concretamente la explicación del rococó y su sucesor, el neoclásico- y pensándolo realmente bien, concluí que el contexto histórico de la sociedad es la causante, pues va evolucionando, y al cambiar la historia, ya sea social o histórica, cambia el arte y el pensamiento.